Sembrar hoy, respirar mañana: 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente

En este contexto, la Universidad Contemporánea de las Américas (UNICLA) ha alineado todos sus proyectos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con el fin de contribuir activamente al cuidado ambiental y al bienestar colectivo. Desde esta visión, se promueve no solo la formación académica, sino también una conciencia crítica y un compromiso con la protección de nuestro entorno. Por ello, hoy dedicamos este espacio a compartir datos relevantes sobre el consumo humano y a proponer acciones individuales que, aunque pequeñas, pueden generar un impacto significativo cuando se suman a esfuerzos colectivos.

Tomar conciencia sobre el uso que hacemos de los recursos naturales es fundamental para construir una cultura de sostenibilidad y responsabilidad compartida. Reflexionar sobre nuestras decisiones diarias y su efecto en el medio ambiente es el primer paso para impulsar cambios reales y duraderos. Pero, ¿cómo está respondiendo nuestro planeta ante estos desafíos?

La Tierra habla: ¿estamos escuchando?

El planeta nos envía señales claras: aumento de la temperatura global, derretimiento de los polos, pérdida acelerada de biodiversidad, escasez de agua potable y fenómenos climáticos extremos que afectan a millones de personas. Estos síntomas no son aislados ni fortuitos, sino consecuencias directas de nuestros hábitos de consumo, producción y desecho.

Los plásticos son uno de los principales contaminantes a nivel mundial. Cada año se producen más de 400 millones de toneladas, y casi la mitad está diseñada para un solo uso. Menos del 10 % se recicla, mientras que alrededor de 11 millones de toneladas terminan en lagos, ríos y océanos, equivalente al peso de unas 1,089 Torres Eiffel (Naciones Unidas, s.f.). Esta alarmante realidad refleja la urgencia de replantear cómo consumimos y gestionamos nuestros residuos.

En América Latina y el Caribe, los desafíos ambientales también son graves. Según datos recientes, 10,830 especies se encuentran en peligro de extinción, entre ellas un 42 % de anfibios, 37 % de mamíferos, 25 % de aves y 18 % de reptiles. Además, 30 millones de personas en la región aún carecen de acceso a agua potable (Instituto Mexicano para la Competitividad [IMCO], 2017), una condición básica para la vida y la salud.

Escuchar a la Tierra implica reconocer estas alertas como un llamado urgente a repensar nuestra relación con el entorno. No se trata sólo de evitar el daño, sino de asumir una actitud activa y consciente frente al impacto que generamos. Cada decisión cuenta: desde lo que compramos y consumimos, hasta cómo nos desplazamos o gestionamos nuestros residuos.

Frente a este escenario, no basta con estar informados; es necesario actuar. Comprender la magnitud del problema es el primer paso para convertirnos en agentes de cambio desde lo cotidiano, sumando nuestras acciones a los esfuerzos colectivos que ya se están gestando en todo el mundo.

Tú también siembras futuro

El impacto humano sobre el medio ambiente se refleja en diversos niveles, desde hábitos cotidianos como dejar luces encendidas o tirar basura en la calle, hasta decisiones colectivas que ponen en riesgo ecosistemas completos. Si bien las empresas, los gobiernos y las instituciones juegan un papel crucial, el verdadero cambio comienza a nivel individual. Tus decisiones cuentan. Es por eso que hoy, más que nunca, es momento de actuar.