La pandemia silenciosa que vivieron las mujeres durante el Covid-19
Por: Auxiliar de Subdirección de Calidad del Área de la Salud
Todos escuchamos y vivimos la terrible pandemia por Covid-19 que azotó a toda la población en el mundo, pero no escuchamos de la otra pandemia que sufría la mitad de la población mundial; también mortal y con secuelas graves, una pandemia que parece un virus, pero incluso es más poderosa por la falta de educación, desinformación, nula empatía, control y poder, lo que la hace transmisible a otras escalas: la pandemia que padecieron las mujeres, llamada violencia.
La principal preocupación durante el Covid-19 fue evitar muertes en la población, es por eso que la medida principal tomada por los gobiernos en todo el mundo fue el confinamiento, una medida que no contempló la violencia familiar en lo absoluto, llegando a generar, incluso, otro tipo de muertes más violentas. Esta pandemia no surgió en 2019, en algún rincón del mundo, sino que ha estado presente durante miles de años de manera silenciosa.
Pero no solo la muerte fue una consecuencia de la pandemia silenciosa en las mujeres, también las agresiones vividas dentro del hogar, como son la violencia emocional, física, sexual, económica y patrimonial, a las cuales cientos de mujeres estuvieron expuestas sin salida, debido, precisamente, al círculo de violencia que padecían.
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Se han hecho esfuerzos colectivos y gubernamentales para tener líneas de emergencia que hagan frente ante situaciones como ésta, así como refugios y acciones de prevención o denuncia. Pero, ¿acaso esos esfuerzos fueron suficientes, cuando las mujeres, confinadas en sus hogares con los agresores, se sentían más aisladas y oprimidas?
La sobrecarga laboral fue otra de las consecuencias vividas, ya que se agudizó la doble jornada que padecían, ya de por sí, muchas mujeres en el mundo, puesto que se les ha atribuido como las encargadas de los cuidados familiares y del hogar, generando una exigencia mayor en sus actividades diarias. En la vida laboral, las demandas crecieron en muchos de estos trabajos, en los más favorecidos, se exigían ciertas condiciones de trabajo, ya que se volvieron trabajos “freelance”, donde el equipo, el material y los servicios corrían por parte del empleado pero, aunado a todo esto, las mujeres tenían que combinar actividades laborales y del hogar al mismo tiempo, al no poderse dejar de lado a los hijos o actividades como la preparación de los alimentos o la limpieza. Todo esto sin considerar la gran cantidad de despidos o renuncias que se generaron en mujeres para por sobrellevar esta carga en el hogar; ni hablar de las mujeres que sostienen a sus familias a través del comercio informal o de trabajos de cuidado informales, como cuidadoras de ancianos, niñeras o empleadas domésticas, quienes fueron las económicamente más afectadas.
Según la CEPAL, la ocupación y las condiciones laborales de las mujeres por la pandemia generaron un retroceso de más de una década, lo que genera mayor preocupación debido al aumento de la pobreza en mujeres, manteniendo a las mujeres en condiciones más vulnerables, incluso después de la pandemia.
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Pasando al ámbito de la salud, fue del personal profesional más expuesto, pues casi la mitad del personal médico y más del 80% del personal de enfermería son mujeres, las cuales tenían que volver a sus grupos familiares a continuar con las exigencias domésticas, aún después de enfrentarse con la crisis sanitaria, con riesgo de contagiar a sus seres queridos debido a la alta en los contagios por los cuidados directos a los pacientes afectados, esto sin considerar las situaciones de duelo propias y ajenas a las que tuvieron que hacer frente y seguir adelante sin detenerse.
Pero los problemas de salud en las mujeres no se limitaron a contagios por Covid-19, las mujeres reportan dolores en diversas partes del cuerpo, gastritis, migrañas, insomnio, subir o perder peso, síntomas atribuidos a la sobrecarga de trabajos, como el agotamiento físico.
Esto en cuanto a sintomatología somática, pero, ¿qué hay de la salud mental? Se presentaron fenómenos como el síndrome de burnout, depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático e incluso, lamentablemente, suicidio.
Claro que la situación sanitaria fue muy difícil para todos, pues fue un acontecimiento impactante y desconcertante que trastocó nuestra estabilidad; sin embargo, esta fue aún más compleja para la gran mayoría de mujeres ya que, vista con una perspectiva de género, visibiliza el conjunto de problemáticas que se presentan en los hogares y en la sociedad con formas de violencia tanto visibles como sutiles, llegando incluso a ser invisibles, pero no por esto menos importantes o peligrosas.
Donado Florián, D. P., Mosquera Currea, M. P., & Niño Botia, Y. C. (2021). Violencia intrafamiliar con perspectiva de género a partir de la situación de confinamiento por el Covid 19. Recuperado en Enlace
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2021) La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad. Recuperado en Enlace
Blog con el aporte de: Psic. Ana Laura Adame Rodríguez
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