Día Internacional del Lavado de Manos

La importancia del lavado de manos en las áreas de la salud

La higiene de manos es el término que se refiere al lavado con agua y jabón, o con otras sustancias antisépticas, para prevenir infecciones en los centros de salud. Estas infecciones, conocidas como “infecciones asociadas con la atención en salud”, afectan a los pacientes durante su hospitalización o tratamiento, pero no estaban presentes al momento de su ingreso.

A menudo, la falta de higiene de manos del personal médico y de enfermería es un factor determinante en la transmisión de microorganismos, lo que aumenta la probabilidad de infecciones. Numerosos estudios demuestran que el incumplimiento de esta medida es más frecuente entre médicos y paramédicos.

Aunque existen alternativas como soluciones a base de alcohol o clorhexidina, en los países en desarrollo el uso de agua y jabón sigue siendo la opción más asequible y efectiva para prevenir enfermedades infecciosas.

El lavado de manos se considera un indicador clave a nivel nacional en las directrices globales de la OMS, publicadas en 2015, que destacan los componentes esenciales para una prevención y control de infecciones (PCI) efectivos en los centros de salud.

El personal sanitario debe seguir los “5 momentos básicos de higiene de manos”, promovidos por la Organización Mundial de la Salud como una estrategia para elevar el cumplimiento de certificación de higiene.

• Antes de tener contacto directo con el paciente (grado IB).
• Antes de realizar procedimientos asépticos como insertar algún catéter venoso u otros dispositivos invasivos o aplicar medicamentos (grado IB).
• Después del contacto con fluidos corporales o secreciones, membranas, mucosas, piel no intacta del paciente, aunque las manos no estén visiblemente sucias (grado IB).
• Después del contacto con el paciente; ejemplo: tomar el pulso o la presión arterial o ayudar a levantar al paciente (grado IB).
• Después del contacto con objetos inanimados en el área del paciente; ejemplo: equipo médico en zonas cercanas al paciente (grado IB).

Además, el personal de salud debe lavarse las manos en otras situaciones clave, como:

• Al inicio y término de la jornada laboral.
• Antes de ponerse los guantes y al retirárselos.
• Si cambia de una parte contaminada del cuerpo a una parte limpia durante la revisión del paciente.
• Cuando estén visiblemente sucias o contaminadas con sangre u otros líquidos corporales (grado de evidencia II, exclusivamente agua y jabón).
• Cuando exista sospecha o prueba de exposición a microorganismos infectocontagiosos.
• Antes de preparar o aplicar soluciones (momento 2 de la Organización Mundial de la Salud, antes de una tarea limpia).
• Inmediatamente después de una exposición accidental con objetos afilados.
• Antes de ingerir alimentos.
• Antes y después de ir al baño (grado de evidencia II).
• Al atender un paciente portador o con diagnóstico confirmado por C. difficile o Bacillus anthracis (exclusivamente con agua y jabón).

Instalaciones de higiene en los establecimientos de salud

Los estudios demuestran que el lavarse las manos correctamente reduce la cuenta bacteriana de la piel a 1.8 y 2.8 log; esto equivale a una eliminación de 90 a 95% de los gérmenes que se encuentran en las manos contaminadas.

Por eso es importante desde el punto de vista administrativo contar con:

• La infraestructura para que no falten los insumos básicos: jabón, toallas de papel secante, lavabos colocados estratégicamente y visibles.
• Instalaciones de higiene de dos tipos: en los sanitarios y los puntos de atención.