La lectura como proceso transformador en el universitario
Por: Coordinación de Investigación y
Coordinación de Difusión y Extensión de la Cultura
“Hasta la propia ignorancia puede tener intuiciones proféticas”,
José Saramago, en La Caverna
La lectura es un proceso transformador desde el inicio de nuestras vidas, desde que iniciamos con el lenguaje y a decodificar símbolos. Es un proceso generador de cambios en el hombre y en la sociedad, que estimula la percepción, la empatía y la concentración.
De ahí, la importancia de generar prácticas educativas en los jóvenes para generar un gusto por la lectura, no un hábito, y debe ser conforme a los temas que llaman la atención del lector, ya que existen lecturas de libros, novelas, teatro, ficción, filosofía, ensayos o incluso académicas, donde se debe leer para comprender y así, generar una reflexión del contenido.
Sin embargo, es bien sabido que en nuestro país, en promedio, los mexicanos leyeron 3.9 libros en el último año, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el Módulo sobre Lectura 2022. Esto es mínimo en comparación a otros países del mundo como Finlandia, donde leen en promedio 47 libros al año.
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Y hablando del grupo de edad de 12 a 29 años, con base en los resultados de la Segunda Encuesta Nacional sobre Consumo Digital y Lectura sobre Jóvenes Mexicanos (2019), el consumo de lectura de media nacional es de 3.8 libros. Esto demuestra que nuestro país aún está lejos de alcanzar los índices de otros países.
Otro aspecto importante a destacar es el uso de medios digitales para esta práctica, ya que, en promedio, este grupo de edad utiliza 6.1 horas diarias para el uso de internet, es decir, la cuarta parte de su día. Lo que quiere decir que se deben de generar herramientas para que los jóvenes utilicen este medio para fomentar la lectura, ya sea de revistas, libros, medios de comunicación o, incluso, actividades en las que puedan desarrollar la comprensión de textos.
Ante este panorama, es importante que desde los hogares y en el ámbito educativo, se colabore en actividades que ayuden a formar el gusto por la lectura y así tener un tipo de intercambio de saberes en donde están involucradas las historias de vida de los participantes y, posiblemente, esto llame su atención por leer algún tipo de libro que el lector encuentre; una lectura donde se sienta cómodo con ella para reflexionar y llegar a comprender lo que está leyendo.
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En la actualidad, existen ya muchas maneras de leer un libro, ya sea en nuestros recorridos diarios de la casa al trabajo en el transporte público o en los vehículos a través de los audiolibros. La realidad es que ya no hay motivo por el cual no le demos una ojeada de vez en cuando a algún cuaderno, sólo es tener voluntad y ganas de aprender algo nuevo o de mirar la realidad a través de los ojos de los autores.
Debemos, como padres de familia, alumnos, docentes y ciudadanos, plantearnos la importancia de promover, incentivar e implementar desde pequeños la lectura como un proceso transformador, de apropiárnosla para plantearnos quiénes somos y qué sabemos de nuestro mundo.
“Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras atravesando la corriente de un río, si están ahí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que me importa”.
José Saramago,
escritor portugués, 1922-2010.
Fuente: La Caverna
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